Lo único que me duele de morir, es que no sea de amor
lunes, 22 de julio de 2013
domingo, 21 de julio de 2013
Declaración de Principios sobre la Literatura
"El mundo habrá terminado de joderse el día en que el hombre viaje en primera y la literatura en el vagón de carga." |
1. La literatura debe ser amable y gentil, no debe nunca transgredir a ningún ser viviente.
2. Debe ser una herramienta para expandir los horizontes usando las palabras en perfecto sentido.
3. Debe ser estético y tener enseñanzas para la vida, si no las tiene, debe tener un trasfondo que explique la razón del porqué se escribió tal obra.
4. Debe tener sentido y coherencia.
5. Debe ser hecho con el corazón, con la razón y la inteligencia, para así mezclar estos tres ingredientes y crear una obra maestra que pueda ser mostrada al mundo, con la fuerza de la voluntad que solo los humanos entienden.
6. Debe ser hermosa,honesta y honorable.
7. Cualquiera puede hacer una obra maestra.
Mi querido Gabito
Es la misma vaina - Crítica de "Un día de estos"
"Es la misma vaina" |
El cuento "un día de estos" fue escrito por Gabriel García Márquez, esta dentro de un libro que se llama "los funerales de la Mamá Grande", publicado en 1962. El volumen está compuesto por ocho cuentos que refieren acontecimientos que suceden en Macondo y giran alrededor de la Mamá Grande, la abuela de los Buendía. Tiene un argumento propio y autonomía, sin embargo es un cuento más en la composición del libro.
El cuento trata de un dentista, Aurelio Escovar, el cual es visitado por el alcalde, un militar opresor. El dentista se niega a atenderlo pero él manda a decirle que si no lo atiende lo va a matar. Aurelio con intención de matarlo deja entrar al alcalde a su clínica rural. Al final el dentista atiende al alcalde y le saca la muela que le molestaba pero sin anestesia, y al terminar le pregunta al alcalde a quien le mandaba la cuenta, si a él o al municipio -"Es la misma vaina"- contestó el alcalde.
El cuento es una magnifica demostración de lo que es un gobierno sometido por militares, el dentista es claramente la manifestación de la oposición del pueblo que finalmente es sometido por este personaje opresor sin importar que. El cuento es corto, muy fácil de entender, y se entiende casi al instante su trasfondo. Recomiendo vivamente este cuento, yo lo disfruté, por que sentí (quizás por mis ideas políticas) que refleja el descontento dentro de un pueblo gobernado por la violencia. Quitando su trasfondo, el cuento es muy estético y esta bien hecho, por eso es fácil de entender y rápido de leer. Es por ello que recomiendo este cuentito escrito por Gabito.
martes, 25 de junio de 2013
Un día de estos - Gabriel García Márquez
"Ningún
lugar en la vida es más triste que una cama vacía."
|
El lunes amaneció tibio y sin lluvia. Don Aurelio Escovar, dentista sin título y buen madrugador, abrió su gabinete a las seis. Sacó de la vidriera una dentadura postiza montada aún en el molde de yeso y puso sobre la mesa un puñado de instrumentos que ordenó de mayor a menor, como en una exposición. Llevaba una camisa a rayas, sin cuello, cerrada arriba con un botón dorado, y los pantalones sostenidos con cargadores elásticos. Era rígido, enjuto, con una mirada que raras veces correspondía a la situación, como la mirada de los sordos.
Cuando tuvo las cosas dispuestas sobre la mesa rodó la fresa hacia el sillón de resortes y se sentó a pulir la dentadura postiza. Parecía no pensar en lo que hacía, pero trabajaba con obstinación, pedaleando en la fresa incluso cuando no se servía de ella.
Después de las ocho hizo una pausa para mirar el cielo por la ventana y vio dos gallinazos pensativos que se secaban al sol en el caballete de la casa vecina. Siguió trabajando con la idea de que antes del almuerzo volvería a llover. La voz destemplada de su hijo de once años lo sacó de su abstracción.
-Papá.
-Qué.
-Dice el alcalde que si le sacas una muela.
-Dile que no estoy aquí.
Estaba puliendo un diente de oro. Lo retiró a la distancia del brazo y lo examinó con los ojos a medio cerrar. En la salita de espera volvió a gritar su hijo.
-Dice que sí estás porque te está oyendo.
El dentista siguió examinando el diente. Sólo cuando lo puso en la mesa con los trabajos terminados, dijo:
-Mejor.
Volvió a operar la fresa. De una cajita de cartón donde guardaba las cosas por hacer, sacó un puente de varias piezas y empezó a pulir el oro.
-Papá.
-Qué.
Aún no había cambiado de expresión.
-Dice que si no le sacas la muela te pega un tiro.
Sin apresurarse, con un movimiento extremadamente tranquilo, dejó de pedalear en la fresa, la retiró del sillón y abrió por completo la gaveta inferior de la mesa. Allí estaba el revólver.
-Bueno -dijo-. Dile que venga a pegármelo.
Hizo girar el sillón hasta quedar de frente a la puerta, la mano apoyada en el borde de la gaveta. El alcalde apareció en el umbral. Se había afeitado la mejilla izquierda, pero en la otra, hinchada y dolorida, tenía una barba de cinco días. El dentista vio en sus ojos marchitos muchas noches de desesperación. Cerró la gaveta con la punta de los dedos y dijo suavemente:
-Siéntese.
-Buenos días -dijo el alcalde.
-Buenos -dijo el dentista.
Mientras hervían los instrumentos, el alcalde apoyó el cráneo en el cabezal de la silla y se sintió mejor. Respiraba un olor glacial. Era un gabinete pobre: una vieja silla de madera, la fresa de pedal, y una vidriera con pomos de loza. Frente a la silla, una ventana con un cancel de tela hasta la altura de un hombre. Cuando sintió que el dentista se acercaba, el alcalde afirmó los talones y abrió la boca.
Don Aurelio Escovar le movió la cara hacia la luz. Después de observar la muela dañada, ajustó la mandíbula con una cautelosa presión de los dedos.
-Tiene que ser sin anestesia -dijo.
-¿Por qué?
-Porque tiene un absceso.El
alcalde lo miró en los ojos.
-Está
bien -dijo, y trató de sonreír. El dentista no le correspondió.
Llevó a la mesa de trabajo la cacerola con los instrumentos hervidos
y los sacó del agua con unas pinzas frías, todavía sin
apresurarse. Después rodó la escupidera con la punta del zapato y
fue a lavarse las manos en el aguamanil. Hizo todo sin mirar al
alcalde. Pero el alcalde no lo perdió de vista.
Era
una cordal inferior. El dentista abrió las piernas y apretó la
muela con el gatillo caliente. El alcalde se aferró a las barras de
la silla, descargó toda su fuerza en los pies y sintió un vacío
helado en los riñones, pero no soltó un suspiro. El dentista sólo
movió la muñeca. Sin rencor, más bien con una amarga ternura,
dijo:
-Aquí
nos paga veinte muertos, teniente.
El
alcalde sintió un crujido de huesos en la mandíbula y sus ojos se
llenaron de lágrimas. Pero no suspiró hasta que no sintió salir la
muela. Entonces la vio a través de las lágrimas. Le pareció tan
extraña a su dolor, que no pudo entender la tortura de sus cinco
noches anteriores. Inclinado sobre la escupidera, sudoroso, jadeante,
se desabotonó la guerrera y buscó a tientas el pañuelo en el
bolsillo del pantalón. El dentista le dio un trapo limpio.
-Séquese
las lágrimas -dijo.
El
alcalde lo hizo. Estaba temblando. Mientras el dentista se lavaba las
manos, vio el cielorraso desfondado y una telaraña polvorienta con
huevos de araña e insectos muertos. El dentista regresó secándose
las manos. “Acuéstese -dijo- y haga buches de agua de sal.” El
alcalde se puso de pie, se despidió con un displicente saludo
militar, y se dirigió a la puerta estirando las piernas, sin
abotonarse la guerrera.
-Me
pasa la cuenta -dijo.
-¿A
usted o al municipio?
El
alcalde no lo miró. Cerró la puerta, y dijo, a través de la red
metálica.
-Es
la misma vaina.
lunes, 24 de junio de 2013
La vida de Gabito
Gabriel García Márquez apodado Gabo o Garci por sus conocidos, nació en Arataca, Colombia el 6 de marzo de 1927, es escritor, novelista, cuentista, guionista y periodista. Vivió con sus abuelos la mayoría de su infancia, su abuelo era coronel, él le contaba un sin fin de historias. Por otro lado tenía a su abuela la que era supersticiosa y creía en todo tipo de esoterismos, ella le contaba historias que mezclaban fantasía con realidad, y eso fue lo que más influencio a García Márquez en todas sus novelas.
Después
de graduarse del colegio intentó estudiar derecho en Bogotá, pero
después del "bogotazo" desistió en la carrera y
comenzaron sus años de periodista en donde trabajo en diversos
diarios. Después en 1947 comenzó a escribir cuentos para el diario.
Lo que quería Marquéz era ser periodista y escribir novelas, a
parte de hacer más justa la sociedad.
En
1967 después de 20 años de haber empezado su carrera de literato,
publicó Cien años de soledad con el que al fin se
haría famoso e influenciaría a casi todos los novelistas del
planeta. Con este libro ganó sus primeros premios, incluido el
Chianchiano Aprecia en Italia y la nominacion al mejor
libro extranjero en Francia.
En
la obra de García Marquéz podemos reconocerlo por dejar detalles y
eventos importantes dejándolo a la imaginación del lector. También podemos apreciar que es el máximo exponente del realismo
mágico, haciendo que la fantasía se junte con la realidad sin mayor
asombro.García
Márquez crea un mundo tan semejante al cotidiano pero al mismo
tiempo totalmente diferente a ello. Técnicamente, es un realista en
la presentación de lo verdadero y de lo irreal. De algún modo trata
diestramente una realidad en la que los límites entre lo verdadero y
el fantástico se desvanecen muy naturalmente
Esto
hace que García Marquéz sea tan fácilmente reconocible. Otra cosa
que caracteriza su obra son las distintas acusaciones sociales que
Márquez hace.García
Márquez considera que la imaginación no es sino un instrumento de
la elaboración de la realidad y que una novela es la representación
cifrada de la realidad y a la pregunta de si todo lo que escribe
tiene una base real.
Se
casó con Mercerdes Barcha a la que le pidió matrimonio a los trece
años, el supo en seguida que Mercedes era el amor de su vida. El
matrimonio sigue vigente y han tenido dos hijos juntos. Uno es
cineasta y el otro diseñador gráfico.
Algo
que a influenciado la vida de García Márquez es la política. Si
bien no pertenece a ningún partido político, se le reconoce como
socialista, y desea que la sociedad sea un sistema de libertad,
progreso e igualdad relativa. El cree fervientemente que la sociedad
puede ser socialista sin ningún problema mientras haya una mayor
militancia. Esta visión que él tenía influencio casi todas sus
obras.
Entre
sus obras más destacadas se pueden reconocer Cien años de
soledad, El amor en los tiempos del cólera, Crónica de una muerte
anunciada o La Hojarasca.
Gabo sigue vivo y
coleando en México, feliz con su esposa y escribiendo aún.
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